En medio del griterío reinante en la Comunidad Vasca y en España en general (desde el llamado plan Ibarretxe hasta la tregua territorialmente selectiva declarada por ETA), conviene volverse hacia las víctimas del terrorismo, porque sus voces calladas nos ayudarán a mantener el rumbo. Animado por esa presunción, tal vez al lector le interesen estas tres recientes reflexiones que aquí me he permitido reunir.